Edouard y Linda crearon la “Ferme de la Mare des Rufaux” en Haute Normandie, cerca de Rouen, al principio de 2012. Cultivan 180 variedades de frutas, legumbres y aromáticas en 2,5 ha de agricultura biológica. Venden su producción de alrededor 10 ™ de legumbres al año en cestas AMAP (es decir en venta directa al consumidor que prepaga el pedido para un año, unas 50 cestas por semana), al por menor y en venta directa en la granja. El 80 % de su venta es local.
No utilizan ningún input no renovable y producen ellos mismos diversos purines de ortiga u otras plantas (consuelda, cola de caballo, helechos, decocciones de ajo, de euforbia y de absenta) para fertilizar y proteger sus cultivos. Practican el cultivo en bancales y agroforestal lo cual les permite reducir sus necesidades de agua.
Un encuentro determinante
Linda y Edouard estaban hechos para encontrarse y montar una granja. Veamos sus recorridos vitales.
Linda, originaria de la región parisina, con un Master 1 en inmobiliario en el bolsillo, se lanzó a la vida profesional como muchos jóvenes titulados. Trabajó durante 10 años en inmobiliario de empresas principalmente. Dejó de sentirse adaptada a su trabajo y decidió, no sin dudas, cambiar de vida y buscar un nuevo sentido a ésta.
En un primer momento escogió formarse en un campo más conforme a sus valores, o sea, en desarrollo sostenible (cursó un Master 2 en management de proyectos sostenibles). Decepcionada al constatar que los puestos de trabajo que le proponían con su nuevo diploma no le correspondían; “Eran sobre todo curros para hacer green washing”, se dirigió entonces hacia el mundo asociativo. Logró obtener subvenciones para financiar unas prácticas en una asociación con la que organizó una campaña nacional.
Nueva decepción, se volcó e invirtió mucha energía en esa misión, sin que hubiera ninguna continuación. Fuerte y determinada se dedicó intensamente a los AMAP (asociaciones francesas para el mantenimiento de la agricultura campesina que permiten al agricultor pre-vender su cosecha, el consumidor prepaga un año y recibe una cesta a la semana), se convirtió en presidenta de la de la Ferme du Bec Hellouin, participó en la fundación de una asociación paralela para crear un centro de formación de futuros agricultores. La asociación no resistirá a las divergencias de opinión entre los fundadores, !nuevo fracaso! Pero como no hay mal que por bien no venga. Linda siguió una formación de Permacultura en la Ferme du Bec Hellouin y fue allí donde conoció a Edouard.
Edouard trabajaba a media jornada mientras seguía esta última formación con la intención de montar su propia granja. Originario de Haute Normandie, ya tenía un fuerte vínculo con la naturaleza y con la agricultura. Después de haber trabajado 10 años como funcionario educador en el sector del medio ambiente y ser titular de un bachillerato profesional de encargado de vivero y de un diploma técnico (BTS) de educación medioambiental, tuvo una revelación en un festival organizado por dos de sus amigos horticultores. “Durante la comida todos elogiaban los alimentos producidos por mis amigos. Me pareció extra poder alimentar a la gente.” Le gustaba ayudar a esos amigos y entonces lo decidió: !sería horticultor !
El encuentro con Linda fue determinante, ella decidió que se unía a su proyecto de instalación; un perfil complementario al suyo sería un factor clave. Experta en temas de planificación, gestión, comercialización y distribución, Linda llegó a complementar perfectamente las competencias técnicas que tenía Edouard en producción agrícola.
Un regalo envenenado pero un ensayo transformado
Consiguieron de la SAFER (organismo que regula la venta de los terrenos agrícolas en Francia) un terreno de 2 ha a condición de seguir la pauta de instalación Jóvenes Agricultores (JA). “Si volviéramos a empezar no lo haríamos; tuvimos que gastar casi toda la subvención JA en operaciones de pago obligatorias en los 5 primeros años: pasar por un experto contable, hacer un plan de explotación para la Cámara de Agricultura, hacer una suscripción obligatoria al Agribox para que te ayuden a planificar la gestión de tu explotación cuando Linda lo sabe hacer perfectamente…”
Esas importantes cargas van paralelas a un desinterés de las autoridades locales y de los autóctonos hacia su proyecto, exceptuando los AMAP y las personas ya interesadas en la agricultura biológica que esperaban impacientemente un proyecto como el suyo en su región. Están, en efecto, en la región francesa con menos superficie cultivada en agricultura biológica. La rígida reglamentación es una de las principales limitaciones al desarrollo de este modelo.
En un contexto socioeconómico regional degradado, la creación de una gran AMAP en el sector es difícil y no tienen acceso más que a poco o nada del presupuesto público para actividades complementarias como serían las actividades pedagógicas perennes. A pesar de eso lograron entablar relación con un colegio vecino con el que programaron talleres durante un año. Pusieron también a disposición de los alumnos cestas para llevar a domicilio y organizaron sesiones de cosecha. Reciben escolares en visita a la granja y cada año acogen a 3 alumnos en formación hortícola o ingenieros agrónomos. En buenos términos con el poney club vecino, éste les facilita estiércol.
A pesar de los obstáculos y con la ayuda de sus familias y amigos para la puesta en marcha, su asociación fue una apuesta ganadora, la “Ferme de la Mare des Rufaux” es rentable desde el primer año. Venden a una AMAP desde el principio y llevan a cabo muchos test en sus cultivos sin cesar nunca la búsqueda de salidas. “Antes de producir hay que saber a quién vas a vender.”
La web de la Ferme de la mare des Rufaux: www.fermedesrufaux.com
Sus consejos sensatos para futuros neo-campesinos
“Hay que ser humilde y estar a la escucha; no siempre estoy de acuerdo con lo que me dicen pero lo escucho atentamente.”
“Para instalarse; no pedir créditos, así lo haces todo a tu ritmo, hay que procurar ser autónomo desde el principio con muy poco para tener luego la posibilidad de tomarte el tiempo necesario para desarrollar la actividad.”
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